Terribles estragos: la fiebre amarilla en Nueva Orleans, 1796-1905
Terribles estragos: la fiebre amarilla en Nueva Orleans, 1796-1905
Nueva Orleans es uno de los principales destinos vacacionales de Estados Unidos. Un simple paseo por el Barrio Francés puede hacer que el viaje valga la pena. Para quienes no puedan hacer el viaje, el sabor y los sonidos de Luisiana son muy apreciados. El ambiente de la Gran Manzana se ha vuelto tan dominante que los festivales de música y comida multicultural inspirados en la gente del Estado del Pelícano prosperan en todo el mundo. Incluso el Mardi Gras tiene decenas de imitadores.
Lamentablemente, no todas las impresiones de la Crescent City han sido tan atractivas. En el siglo XIX, Nueva Orleans estaba estigmatizada por una tasa de mortalidad extremadamente alta. Una de las principales causas de esta aterradora cifra anual de muertes era la fiebre amarilla. La llegada esporádica de la fiebre hizo que decenas de miles de ciudadanos huyeran, mientras que, al mismo tiempo, los ansiosos vecinos de los pueblos cercanos seguían el movimiento de la fiebre. La gravedad de las epidemias de fiebre amarilla era errática y desconcertaba a los médicos. En algunos años, miles de personas morían; en otras ocasiones, sólo moría un puñado. Este espantoso fenómeno aparecía en verano y permanecía hasta finales de otoño y marcaba a Nueva Orleans como un lugar peligroso. Durante décadas, los laicos de Nueva Orleans determinaron que la primera helada era la señal de que la fiebre estaba desapareciendo rápidamente y, por esa razón, los residentes esperaban y rezaban por esta bendición meteorológica.
En el siglo XIX, los habitantes de Nueva Orleans experimentaron un enorme crecimiento comercial, guerras, cambios demográficos, la Reconstrucción, la depresión y la corrupción. A lo largo de todos estos acontecimientos, la amenaza de la fiebre amarilla influyó en la toma de decisiones. El alcance de este breve estudio ofrece una visión general de las epidemias en Nueva Orleans desde 1796 hasta 1905 dentro de su contexto social, étnico, médico, militar y económico. Junto con esta visión general, también se explora el papel de liderazgo de la ciudad en el movimiento de salud pública moderno y se cuenta cómo los humanitarios de Luisiana aplicaron su experiencia en materia de fiebre para aliviar a los ciudadanos afectados de otros estados.